El mecanismo de la erección es el resultado de un complejo proceso neurovascular que implica la acción sincronizada del aparato vascular, el músculo liso, y los sistemas nervioso y hormonal, modulados por diversos factores psicológicos.
Se entiende por tanto, que son múltiples los procesos implicados en la disfunción eréctil (DE). Existen múltiples clasificaciones de la DE:
La disfunción psicógena tiene mayor prevalencia en hombres jóvenes como causa única, pero también se presenta como componente en más de la mitad de las disfunciones sexuales en adultos mayores.
La disfunción orgánica se desdobla en múltiples etiologías, que a menudo pueden coexistir en un paciente con DE, y que son: Neurogénica, Endocrinológica, Arteriogénica, Veno-Oclusiva y Farmacológica.
En el centro urológico FUCDIM se realiza una evaluación integral del paciente y de la patología, donde el primer paso consiste siempre en obtener antecedentes médicos y psicológicos detallados de los pacientes y sus parejas, lo cual puede orientar la solicitud de métodos de diagnóstico específico y/o tratamiento.
Todo paciente debe ser objeto de una exploración física centrada en los sistemas genitourinario, endocrino, vascular y neurológico. La exploración física puede revelar diagnósticos no sospechados, como enfermedad de Peyronie, hipertrofia o cáncer de próstata, o signos y síntomas indicativos de hipogonadismo (testículos pequeños, alteraciones de los caracteres sexuales secundarios, disminución del deseo sexual y alteraciones del estado de ánimo).
Los estudios de laboratorio que se solicitan inicialmente varían en función de la sospecha clínica que puede haber.
El objetivo principal de FUCDIM en la estrategia de tratamiento de los pacientes con DE consiste en determinar la etiología de la enfermedad y en tratarla siempre que sea posible y no tratar solamente los síntomas. La DE puede asociarse a factores modificables o reversibles, entre ellos, factores relacionados con los hábitos de vida o con los medicamentos, los cuales pueden corregirse antes de emplear tratamientos concretos (esto es especialmente cierto para las enfermedades cardiovasculares y metabólicas), o al mismo tiempo que se utilizan. La evaluación de las opciones terapéuticas debe tener en cuenta los efectos sobre la satisfacción del paciente y su pareja, así como la eficacia y la seguridad del método.
Previamente se catalogaba a las diferentes opciones de tratamiento como líneas terapéuticas o escalones. Actualmente esto, si bien es didáctico, no es tan acertado, ya que no existe el método ideal, si no, el mejor para el paciente seleccionado.
Actualmente, en la ciudad de Córdoba, se disponen de múltiples tratamientos:
Terapia Oral (IPDE5): Provocan un aumento del flujo arterial, lo que origina relajación del músculo liso, vasodilatación y erección del pene. No son iniciadores de la erección. En Argentina solo se comercializan el sildenafil, el tadalafil y el vardenafil.
El perfil de seguridad cardiovascular de esta familia de drogas es bueno, y solo tiene contraindicación absoluta su uso concomitante con nitratos.
Tratamiento Tópico/Intrauretral: Se basa en la administración del alprostadil (agente vasoactivo) vía intrauretral, y provee una alternativa a la inyección intracavernosa en pacientes que prefieran un enfoque menos invasivo aunque menos eficaz. La reacción adversa más frecuente es el dolor/ardor uretral, y se han descrito también el mareo y la hipotensión.
Terapia psicosexual: Pese al gran abanico de posibilidades de tratamiento, se ha recomendado mayormente la terapia cognitivo-conductual para corrección de patrones relacionados con la DE, y puede ser utilizada en combinación con alguno de los tratamientos previamente descriptos.
Tratamiento hormonal: Para aquellos pacientes con alteraciones hormonales. Puede realizarse terapia de reemplazo hormonal con testosterona en alguno de sus formulados (oral, transdérmico, inyectable).
Dispositivos de vacío: Consisten en un cilindro donde se introduce el pene y se genera vacío, produciendo la entrada de sangre, mayormente venosa a los cuerpos cavernosos, junto con un anillo constrictor colocado en la base del pene para retener la sangre en el interior de los cuerpos. La eficacia, en cuanto a erecciones satisfactorias para la penetración, alcanza el 90 %. Están contraindicados en los pacientes con trastornos hemorrágicos o en tratamiento anticoagulante.
Inyecciones intracavernosas de drogas vasoactivas (IDVA): Fue el primer tratamiento médico para la disfuncion erectil, con una tasa de éxito superior al 80%. Pueden utilizarse monodrogas o combinaciones de estas. Los efectos adversos son: ereccion prolongada (priapismo), hematoma, dolor peneano y fibrosis.
Cirugía vascular: Cirugía de revascularización en pacientes jóvenes con antecedentes de trauma perineal y/o pelviano.
Prótesis peneana: La implantación quirúrgica de una prótesis de penees una alternativa para pacientes que no responden a la farmacoterapia o que prefieren una solución permanente a su problema. Tiene un índice de satisfacción de más del 90%. Existen dos tipos de prótesis: maleables (semirrígidas) e inflables (de dos o tres piezas).
La prótesis inflable tiene un aspecto mucho más natural en “flacidez”, pero es más compleja de implantar y mucho más cara. La prótesis semirrígida tiene buenos resultados funcionales, siendo más fácil de implantar y costeable.